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Panorama de la violencia juvenil en Medellín y planteamiento de posibles soluciones...

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Diez principios básicos, producto de la experiencia, para intentar cumplir dignamente con el oficio del bibliotecario...

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Aproximación a la biografía y obra de Alejandro Magallanes....

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Animar a la lectura o animarse a través de los libros


Daniel Goldin


Gracias al trabajo de muchos investigadores, hoy sabemos que leer y escribir son actividades que han tenido distinta significación social a lo largo de la historia. Sabemos también que leer y escribir tiene una profunda significación en el desarrollo emocional, cognitivo, social y cultural de un individuo. Pero apenas empezamos a vislumbrar las formas en que estos factores intervienen y se modifican recíprocamente […].
”Desde hace algunos años, la discusión sobre la lectura parece centrarse en una ansiosa carrera por vaticinar el futuro de los libros o, para hacernos eco de los augurios más extremos, por saber si tienen porvenir. Es imposible desconocer esta inquietud. Pero no quisiera sumarme acríticamente a ella.

”Por lo demás, no creo que tal proliferación de discursos acerca del futuro sea sólo un fenómeno espontáneo. Al menos en parte, responde a fuertes intereses económicos de grupos y personas que medran con el terror. Y yo desconfío instintivamente de quienes se alimentan del miedo ajeno.


”Suponer que el futuro de la cultura escrita está determinado por las posibilidades técnicas para producir o hacer circular textos es un error alevoso. La técnica abre oportunidades; los hombres voluntaria o involuntariamente disponen. Por lo común, hay una distancia muy grande entre los usos y fines previstos por los diseñadores y los que adquieren en manos de los usuarios […].

”Desde hace años sostengo que lo esencial para trabajar en un proyecto de formación de lectores es tener un Norte y disponer de una brújula.

”La idea del Norte es obvia: para ir a algún lado debemos saber a dónde queremos ir, a menos que uno se proponga sólo vagabundear, lo que en sí es un Norte. La idea de la brújula no es menos trivial. Responde a la dificultad de avanzar en línea recta, algo que, como sabemos, es fácil en el mundo de las matemáticas, pero harto complicado en el nuestro, en el que, por alguna extraña razón, vayamos a donde vayamos, en el camino siempre se atraviesa un abismo o una roca o nos amenaza un maleante o un toro con los ojos inyectados. Para esquivarlos, es necesario dar rodeos, saltar o meterse en un río. Y, claro, no extraviar la dirección. Justamente por eso es importante llevar siempre una brújula.

”El Norte que guíe un proyecto de formación de lectores debe ser descubierto y sobre todo debe ser –como el que atrae la brújula de los exploradores– un Norte magnético. Es decir, debe ser capaz de comprometer nuestro ser plenamente. No olvidemos que el potencial movilizador de las palabras escritas o escuchadas está fuertemente condicionado por el halo que las envuelve.

”Tampoco la cuestión de la brújula es banal. Se trata de un aprendizaje complejo para relacionar emociones y percepciones, internas y externas, con ideas propias y ajenas. Y conviene recordar que las instituciones educativas rara vez estimulan este aprendizaje que, como se puede colegir, le da al educando condiciones de autonomía frente a la propia institución y sus representantes”.

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¿Quién es Alejandro Magallanes?


Alejando Magallanes ha ilustrado más de 15 libros para niños, entre ellos: Cuando las ranas duermen (Gobierno de la Ciudad de México, 2000), Adivinancero (Nostra Ediciones, 2003), Jueguero (Nostra Ediciones, 2005) y Kikirikí (Nostra Ediciones, 2005). También ha escrito dos: Esto no es (Editorial SM, 2005) y Ven Hada (Editorial SM, 2006). Junto con Leonel Sagahón fundó La Máquina del Tiempo, un estudio que se dedica desde 1996 a la elaboración de proyectos de comunicación gráfica. Sus carteles han sido premiados en numerosos países. Hasta la fecha ha realizado más de 300, que han sido expuestos en Polonia, Japón, Canadá, Francia, Holanda, Argentina, República Checa, España, México y otros muchos lugares. Pertenece a los colectivos El Cartel de Medellín, La Corriente Eléctrica y Fuera de Registro, y desde 2004 es miembro de la AGI (Alliance Graphique Internationale). 


Una muestra de la obra de Alejandro Magallanes (haz clic sobre las imágenes para agrandar)










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Cocina de libros: El rey del mar

Así se elabora un libro, paso a paso, en Océano Travesía


Etapa 1:




Etapa 2:














Etapa 3:




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La biblioteca de los que no leen

María Emilia López
DIDÁCTICA DE LA TERNURA
Reflexiones y controversias sobre la didáctica en el jardín maternal

Etimológicamente el término didáctica proviene del griego didastékene que significa:  didas-enseñar y  tékene-arte, entonces podríamos definirla como el arte de enseñar.  ¿Qué se enseña?, ¿cómo se enseña?, ¿todo es enseñable...?, son preguntas previas importantes a la hora de abordar el tema central de este artículo: la didáctica en el jardín maternal. Vamos a circular especialmente por algunas preocupaciones sobre las prácticas que involucran a la didáctica, aquellas que la reclaman y aquellas que parecen necesitar despojarse de sus influencias.
Si entendemos la didáctica como “teoría de la enseñanza”  -más allá de los matices diferentes que le otorguemos al enseñarprobablemente nos queden por fuera muchas situaciones que también necesitan estrategias de acompañamiento específicas, pero que no son específicamente situaciones de enseñanza. Podríamos extender la definición de didáctica a “teoría de la intervención”, en un sentido más amplio, y desde allí, la didáctica del jardín maternal encuentra un lugar más genuino.
Hay un riesgo que atraviesa al jardín maternal en su condición de institución educativa, y que consiste en perder de vista su especificidad, en el traslado de las variables didácticas y de los objetivos y metodologías de otros niveles a éste. Sobre ese riesgo se apoyará el intento de definir una didáctica específica para el nivel, o de circunscribir un terreno propio con objetivos propios y metas esenciales a su condición. Porque es importante circunscribir algo más: los niños y los padres que llegan al jardín maternal no van en búsqueda de la enseñanza, se acercan y se incluyen en una institución de la que esperan el cuidado del niño mientras los padres desarrollan otras tareas, en su mayoría trabajar. Claro que la mayoría también está interesada en que esos cuidados sean lo más acertados posibles, que sus hijos reciban buenos estímulos, que encuentren riqueza en los aprendizajes que van a realizar. Nadie ignora que en el jardín maternal se aprende (o se puede aprender), pero todos sabemos también que en su constitución como lugar alternativo de la crianza lo que está en juego fundamentalmente es el apuntalamiento social / grupal de una función que ya no es posible de ser absorbida únicamente en la familia de origen.

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Violencia en Medellín

Beatriz Helena Robledo



Los jóvenes: VICTIMAS Y PROTAGONISTAS DE LA VIOLENCIA
Al hablar de juventud, necesariamente hay que tratar el tema de la violencia pues lamentablemente los índices de participación delictiva y generadora de conflictos violentos,  para el caso de los jóvenes, son elevados.
Los medios de comunicación son también responsables de la desorientación y la falta de identidad de los jóvenes, cuando lo que presencian en ellos es el reflejo de unas sociedades ajenas o imaginarias que no corresponden a su entorno.
“A plena luz del día, un sujeto de escasos 17 años, dió muerte a un reconocido comerciante de la ciudad”. “ Un sujeto joven que caminaba desprevenido por su barrio, murió a manos de otro joven que se movilizaba  en una moto. Algunos testigos declararon que el hecho ocurrió, por robarle las zapatillas a la víctima. Otros aseguran que mas allá del robo, se trata de una pugna entre pandillas”.
Informaciones como estas aparecen, cada vez con mayor frecuencia, en los medios de comunicación de todo el mundo. Incluso el problema ha tomado proporciones mayores porque los niños están pasando de víctimas a protagonistas de la agresión como es el caso, que ha conmocionado al mundo, de los menores asesinos en los Estados Unidos.
En Colombia, hay muchos sectores preocupados por este problema y existen instituciones que estudian y trabajan en distintas comunidades, en busca de  alternativas de solución.
En Cali, el Instituto de Investigación y Desarrollo en Prevención de Violencia y Promoción de la Convivencia Social de la Universidad del Valle, CISALVA,  adelanta investigaciones para la intervención y prevención de la violencia y es además, centro colaborador  de la Organización de Panamericana de la Salud y de la Organización Mundial de la Salud.
Los jóvenes y la violencia
Se considera que la violencia juvenil es generada  por causas estructurales, es decir por las carencias a las que se ve sometida la juventud, por una sociedad que no está en capacidad de ofrecerle las condiciones necesarias para  su  óptimo desarrollo como individuos.
La pobreza, que los somete a situaciones de mala alimentación y salud, la falta de educación y el desempleo,  se constituyen en un caldo de cultivo para crear insatisfacción, conflictos emocionales, resentimientos, en jóvenes que ven en la violencia, la manera de acceder a lo que no poseen o de reclamar justicia e igualdad, involucrándose en el conflicto armado.
Es preocupante el hecho de que el referente o modelo para muchos niños y adolescentes, es el joven de las bandas, porque tiene poder y reconocimiento, mientras que no se identifica por ejemplo, con el joven que trabaja con la comunidad. Es necesario trabajar por la transformación de los ideales de futuro y personalidad de las nuevas generaciones.
“El joven resulta ser el último eslabón de una cadena muy larga, en una sociedad que ha hecho de la muerte un mercado, en donde él, en últimas, es quien dispara el gatillo ¿Pero y quién paga a estos sicarios?
Cuando los jóvenes terminan su bachillerato tienen la obligación de prestar servicio militar, entonces se les prepara para la guerra. El Ejército les enseña a manejar armas asi como las estrategias de guerra.
“Pero cuando se desmoviliza la guerrilla o cuando salen del ejército, las ofertas de trabajo son reducidas. Quedan entonces muchachos que no tienen otra habilidad distinta a la de matar y es una opción para el que no sabe hacer otra cosa”, expone Humberto Arboleda, quien trabaja con jóvenes, en la Corporación Región de Medellín.
Existe además una preocupación por los referentes o modelos que tienen los niños y los adolescentes. El niño quiere ser como el joven de las bandas, con poder, reconocimiento, mientras que no se identifica con el joven que está trabajando con la comunidad como es el caso, por ejemplo de los jóvenes de la Pastoral Juvenil de Medellín, quienes no han podido convertirse en  modelo para los niños de las comunidades con las que trabajan. Es preciso entonces, buscar fórmulas y motivaciones para que los niños transformen sus ideales de futuro y de personalidad.
Para Héctor Fabio Mesa, un representante de la juventud caleña, los medios de comunicación son también responsables de la desorientación o la falta de identidad  de los jóvenes porque lo que presencian en ellos es el reflejo de unas sociedades ajenas o imaginarias , que no van de acuerdo a su entorno “Nos muestran a un joven rebelde, con la chaqueta de cuero, la moto, que tiene mil mujeres  y que es “un berraco”; induciendo con esto al joven, a creer que ese es el ideal. Pero rara vez se muestra al joven con su camarita trabajando en el canal comunitario o con el grupo ecológico, sembrando árboles. Pero en los noticieros si lo muestran porque violó, mató o atracó. También, cuando se trata de buscar el consumo presentan al joven como el bonito, el rebelde con frases como “tu decides”, “haz lo que quieras”. La programación para la juventud está dirigida hacia el consumo”.
Víctimas pero tambien responsables
De otra parte Alonso Salazar, investigador y escritor del libro “ No nacimos para semilla ”, sostiene que no puede  mirarse al joven únicamente como una víctima de la sociedad, al  contrario hay que reclamarle una conciencia de autoresponsabilidad , sobre su propia vida y sobre su entorno “¿ Acaso el joven no tiene capacidad para decidir y construir su futuro?. Todos como sujetos somos responsables de nuestras decisiones y no sólo víctimas de lo que otros nos han hecho”.
Es preciso que las instituciones que trabajan en proyectos dirigidos hacia los jóvenes, creen espacios para que ellos también participen en la formulación de las propuestas y en la toma de decisiones y no que sean los expertos únicamente los que decidan las acciones a seguir, sin considerar las necesidades reales de los jóvenes.
Este argumento lo apoya Emmanuel Rozental, Director de CISALVA, cuando afirma que justificar la violencia por los factores estructurales se convierte en un mecanismo que la reproduce, la retroalimenta , pues no es una justificación real decir que la miseria y la pobreza, conducen a la violencia pues de alguna manera la pobreza también es una forma de violencia por la indiferencia casi general hacia quienes la padecen . El reto está, en no seguir justificando las violencias desde lo estructural y de otra parte transformar esas estructuras de la sociedad para que no sigan generando violencias.
El afecto, la comunicación y el lugar que se le da al muchacho en la familia, es muy importante porque muchas veces los jóvenes que tienen problemas de droga , delincuencia o sicariato, están buscando reconocimiento y esa causa puede estar por encima de razones psicológicas o ideológicas.
Desde las instituciones que trabajan por los jóvenes hay muy poco conocimiento de las necesidades reales  que tienen ellos, de sus expectativas, sus sueños, los índices reales de acceso a la educación y al trabajo. Por otro lado, hace falta coordinación  intrainstitucional e interinstitucional , pues existen diversas instituciones trabajando en proyectos similares  e inclusive con los mismos grupos de jóvenes, sin ponerse de acuerdo.
La coordinación es importante para permitir el mejor aprovechamiento de los recursos  y para que las propuestas que se desarrollan con la población juvenil, tengan impacto y resultado.

Mayor participación de los jóvenes
Es clave también, involucrar a los jóvenes en la propuesta, toma de decisiones y seguimiento sobre los proyectos que se van a desarrollar y no que sean unos “expertos”, a nivel central, quienes decidan qué y cómo se van a efectuar los procesos.
“Las instituciones del estado y las privadas, tenemos que asumir con mucha responsabilidad, un  diseño  participativo  de los proyectos, porque hoy en día se habla mucho de darle participación y reconocimiento a los jóvenes pero cuando van a formularse las políticas y los planes de desarrollo, a ellos escasamente se les  consulta. Quizás por ello tantas iniciativas fracasan, pues si no se tienen en cuenta las propuestas de los jóvenes, ellos  no van a asumir como propios los procesos que se traten de desarrollar”, plantea Elkin Giraldo, del Viceministerio de la Juventud.
Existe un enorme potencial en la juventud, hacia la creación, la producción y la actividad que debe ser rescatado para encaminarlo hacia iniciativas que promuevan su bienestar y el de toda la comunidad. Hay que darle la oportunidad a las nuevas generaciones para que propongan y actuén, demostrando que son capaces de generar cambios hacia una sociedad de tolerancia y buena convivencia.
Contacto: Emmanuel Rozental. Instituto de Investigación y Desarrollo en Prevención de Violencia y promoción de la Convivencia Social de la Universidad del Valle, CISALVA.

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Entrevista a Juliette Nouel-Rénier





1) ¿Por qué son importantes estos libros de la serie Cómo descubrió el hombre...? Cuál es su valor agregado o su diferencia específica que los hace distintos a cualquier otro libro informativo sobre estos temas.



2) Sus libros no sólo dan información sobre los temas de dinosaurios, el calentamiento global, el origen de los bebés, el universo o las cercanías del hombre con el simio, sino que también hacen una revisión sobre las maneras en que el hombre ha ido, históricamente, abordando el pensamiento científico. ¿Por qué es importante revisar ese camino hoy?
3) ¿Por qué el hombre habrá tardado tanto en llegar a descubrir asuntos que hoy parecen más que evidentes? ¿Cuáles fueron, principalmente, esos obstáculos que progresivamente se han tenido que vencer?
4) ¿Cómo cree que estos libros pueden estimular en los chicos la búsqueda de información de manera de fomentar el pensamiento crítico, científico, filosófico?
5) Luego de este recorrido histórico que se ha planteado y replanteado tantas veces la humanidad para explicar estos temas, ¿estaremos llegando a respuestas definitivas o estas pueden también ser teorías que serán revisadas y replanteadas a la vuelta de unos años?

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¿Más superficiales?


La tercera parte de la población mundial ya es 'internauta'. La revolución digital crece veloz. Uno de sus grandes pensadores, Nicholas Carr, da claves de su existencia en el libro 'Superficiales. ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes?' El experto advierte de que se "está erosionando la capacidad de controlar nuestros pensamientos y de pensar de forma autónoma".
BÁRBARA CELIS 29/01/2011
El correo electrónico parpadea con un mensaje inquietante: "Twitter te echa de menos. ¿No tienes curiosidad por saber las muchas cosas que te estás perdiendo? ¡Vuelve!". Ocurre cuando uno deja de entrar asiduamente en la red social: es una anomalía, no cumplir con la norma no escrita de ser un voraz consumidor de twitters hace saltar las alarmas de la empresa, que en su intento por parecer más y más humana, como la mayoría de las herramientas que pueblan nuestra vida digital, nos habla con una cercanía y una calidez que solo puede o enamorarte o indignarte. Nicholas Carr se ríe al escuchar la preocupación de la periodista ante la llegada de este mensaje a su buzón de correo. "Yo no he parado de recibirlos desde el día que suspendí mis cuentas en Facebook y Twitter. No me salí de estas redes sociales porque no me interesen. Al contrario, creo que son muy prácticas, incluso fascinantes, pero precisamente porque su esencia son los micromensajes lanzados sin pausa, su capacidad de distracción es enorme". Y esa distracción constante a la que nos somete nuestra existencia digital, y que según Carr es inherente a las nuevas tecnologías, es sobre la que este autor que fue director del Harvard Business Review y que escribe sobre tecnología desde hace casi dos décadas nos alerta en su tercer libro, Superficiales. ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes? (Taurus).
Sin tiempo para pensar
Nicholas Carr
ENTREVISTA DIGITAL - 31-01-2011
Babelia 1001 - Autor de 'Superficiales: ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes?'.
"Aún no somos conscientes de todos los cambios que van a ocurrir cuando realmente el libro electrónico sustituya al libro"
Cuando Carr (1959) se percató, hace unos años, de que su capacidad de concentración había disminuido, de que leer artículos largos y libros se había convertido en una ardua tarea precisamente para alguien licenciado en Literatura que se había dejado mecer toda su vida por ella, comenzó a preguntarse si la causa no sería precisamente su entrega diaria a las multitareas digitales: pasar muchas horas frente a la computadora, saltando sin cesar de uno a otro programa, de una página de Internet a otra, mientras hablamos por Skype, contestamos a un correo electrónico y ponemos un link en Facebook. Su búsqueda de respuestas le llevó a escribir Superficiales... (antes publicó los polémicos El gran interruptor. El mundo en red, de Edison a Google y Las tecnologías de la información. ¿Son realmente una ventaja competitiva?), "una oda al tipo de pensamiento que encarna el libro y una llamada de atención respecto a lo que está en juego: el pensamiento lineal, profundo, que incita al pensamiento creativo y que no necesariamente tiene un fin utilitario. La multitarea, instigada por el uso de Internet, nos aleja de formas de pensamiento que requieren reflexión y contemplación, nos convierte en seres más eficientes procesando información pero menos capaces para profundizar en esa información y al hacerlo no solo nos deshumanizan un poco sino que nos uniformizan". Apoyándose en múltiples estudios científicos que avalan su teoría y remontándose a la célebre frase de Marshall McLuhan "el medio es el mensaje", Carr ahonda en cómo las tecnologías han ido transformando las formas de pensamiento de la sociedad: la creación de la cartografía, del reloj y la más definitiva, la imprenta. Ahora, más de quinientos años después, le ha llegado el turno al efecto Internet.
Pero no hay que equivocarse: Carr no defiende el conservadurismo cultural. Él mismo es un usuario compulsivo de la web y prueba de ello es que no puede evitar despertar a su ordenador durante una breve pausa en la entrevista. Descubierto in fraganti por la periodista, esboza una tímida sonrisa, "¡lo confieso, me has cazado!". Su oficina está en su residencia, una casa sobre las Montañas Rocosas, en las afueras de Boulder (Colorado), rodeada de pinares y silencio, con ciervos que atraviesan las sinuosas carreteras y la portentosa naturaleza estadounidense como principal acompañante.
PREGUNTA. Su libro ha levantado críticas entre periodistas como Nick Bilton, responsable del blog de tecnología Bits de The New York Times, quien defiende que es mucho más natural para el ser humano diversificar la atención que concentrarla en una sola cosa.
RESPUESTA. Más primitivo o más natural no significa mejor. Leer libros probablemente sea menos natural, pero ¿por qué va a ser peor? Hemos tenido que entrenarnos para conseguirlo, pero a cambio alcanzamos una valiosa capacidad de utilización de nuestra mente que no existía cuando teníamos que estar constantemente alerta ante el exterior muchos siglos atrás. Quizás no debamos volver a ese estado primitivo si eso nos hace perder formas de pensamiento más profundo.
P. Internet invita a moverse constantemente entre contenidos, pero precisamente por eso ofrece una cantidad de información inmensa. Hace apenas dos décadas hubiera sido impensable.
R. Es cierto y eso es muy valioso, pero Internet nos incita a buscar lo breve y lo rápido y nos aleja de la posibilidad de concentrarnos en una sola cosa. Lo que yo defiendo en mi libro es que las diferentes formas de tecnología incentivan diferentes formas de pensamiento y por diferentes razones Internet alienta la multitarea y fomenta muy poco la concentración. Cuando abres un libro te aíslas de todo porque no hay nada más que sus páginas. Cuando enciendes el ordenador te llegan mensajes por todas partes, es una máquina de interrupciones constantes.
P. ¿Pero, en última instancia, cómo utilizamos la web no es una elección personal?
R. Lo es y no lo es. Tú puedes elegir tus tiempos y formas de uso, pero la tecnología te incita a comportarte de una determinada manera. Si en tu trabajo tus colegas te envían treinta e-mails al día y tú decides no mirar el correo, tu carrera sufrirá. La tecnología, como ocurrió con el reloj o la cartografía, no es neutral, cambia las normas sociales e influye en nuestras elecciones.
P. En su libro habla de lo que perdemos y aunque mencione lo que ganamos apenas toca el tema de las redes sociales y cómo gracias a ellas tenemos una herramienta valiosísima para compartir información.
R. Es verdad, la capacidad de compartir se ha multiplicado aunque antes también lo hacíamos. Lo que ocurre con Internet es que la escala, a todos los niveles, se dispara. Y sin duda hay cosas muy positivas. La Red nos permite mostrar nuestras creaciones, compartir nuestros pensamientos, estar en contacto con los amigos y hasta nos ofrece oportunidades laborales. No hay que olvidar que la única razón por la que Internet y las nuevas tecnologías están teniendo tanto efecto en nuestra forma de pensar es porque son útiles, entretenidas y divertidas. Si no lo fueran no nos sentiríamos tan atraídos por ellas y no tendrían efecto sobre nuestra forma de pensar. En el fondo, nadie nos obliga a utilizarlas.
P. Sin embargo, a través de su libro usted parece sugerir que las nuevas tecnologías merman nuestra libertad como individuos...
R. La esencia de la libertad es poder escoger a qué quieres dedicarle tu atención. La tecnología está determinando esas elecciones y por lo tanto está erosionando la capacidad de controlar nuestros pensamientos y de pensar de forma autónoma. Google es una base de datos inmensa en la que voluntariamente introducimos información sobre nosotros y a cambio recibimos información cada vez más personalizada y adaptada a nuestros gustos y necesidades. Eso tiene ventajas para el consumidor. Pero todos los pasos que damos online se convierten en información para empresas y Gobiernos. Y la gran pregunta a la que tendremos que contestar en la próxima década es qué valor le damos a la privacidad y cuánta estamos dispuestos a ceder a cambio de comodidad y beneficios comerciales. Mi sensación es que a la gente le importa poco su privacidad, al menos esa parece ser la tendencia, y si continúa siendo así la gente asumirá y aceptará que siempre están siendo observados y dejándose empujar más y más aún hacia la sociedad de consumo en detrimento de beneficios menos mensurables que van unidos a la privacidad.
P. Entonces... ¿nos dirigimos hacia una sociedad tipo Gran Hermano?
R. Creo que nos encaminamos hacia una sociedad más parecida a lo que anticipó Huxley en Un mundo feliz que a lo que describió Orwell en 1984. Renunciaremos a nuestra privacidad y por tanto reduciremos nuestra libertad voluntaria y alegremente, con el fin de disfrutar plenamente de los placeres de la sociedad de consumo. No obstante, creo que la tensión entre la libertad que nos ofrece Internet y su utilización como herramienta de control nunca se va a resolver. Podemos hablar con libertad total, organizarnos, trabajar de forma colectiva, incluso crear grupos como Anonymous pero, al mismo tiempo, Gobiernos y corporaciones ganan más control sobre nosotros al seguir todos nuestros pasos online y al intentar influir en nuestras decisiones.
P. Wikipedia es un buen ejemplo de colaboración a gran escala impensable antes de Internet. Acaba de cumplir diez años...
R. Wikipedia encierra una contradicción muy clara que reproduce esa tensión inherente a Internet. Comenzó siendo una web completamente abierta pero con el tiempo, para ganar calidad, ha tenido que cerrarse un poco, se han creado jerarquías y formas de control. De ahí que una de sus lecciones sea que la libertad total no funciona demasiado bien. Aparte, no hay duda de su utilidad y creo que ha ganado en calidad y fiabilidad en los últimos años.
P. ¿Y qué opina de proyectos como Google Books? En su libro no parece muy optimista al respecto...
R. Las ventajas de disponer de todos los libros online son innegables. Pero mi preocupación es cómo la tecnología nos incita a leer esos libros. Es diferente el acceso que la forma de uso. Google piensa en función de snippets, pequeños fragmentos de información. No le interesa que permanezcamos horas en la misma página porque pierde toda esa información que le damos sobre nosotros cuando navegamos. Cuando vas a Google Books aparecen iconos y links sobre los que pinchar, el libro deja de serlo para convertirse en otra web. Creo que es ingenuo pensar que los libros no van a cambiar en sus versiones digitales. Ya lo estamos viendo con la aparición de vídeos y otros tipos de media en las propias páginas de Google Books. Y eso ejercerá presión también sobre los escritores. Ya les ocurre a los periodistas con los titulares de las informaciones, sus noticias tienen que ser buscables, atractivas. Internet ha influido en su forma de titular y también podría cambiar la forma de escribir de los escritores. Yo creo que aún no somos conscientes de todos los cambios que van a ocurrir cuando realmente el libro electrónico sustituya al libro.
P. ¿Cuánto falta para eso?
R. Creo que tardará entre cinco y diez años.
P. Pero aparatos como el Kindle permiten leer muy a gusto y sin distracciones...
R. Es cierto, pero sabemos que en el mundo de las nuevas tecnologías los fabricantes compiten entre ellos y siempre aspiran a ofrecer más que el otro, así que no creo que tarden mucho en hacerlos más y más sofisticados, y por tanto con mayores distracciones.
P. El economista Max Otte afirma que pese a la cantidad de información disponible, estamos más desinformados que nunca y eso está contribuyendo a acercarnos a una forma de neofeudalismo que está destruyendo las clases medias. ¿Está de acuerdo?
R. Hasta cierto punto, sí. Cuando observas cómo el mundo del software ha afectado a la creación de empleo y a la distribución de la riqueza, sin duda las clases medias están sufriendo y la concentración de la riqueza en pocas manos se está acentuando. Es un tema que toqué en mi libro El gran interruptor. El crecimiento que experimentó la clase media tras la II Guerra Mundial se está revirtiendo claramente.
P. Internet también ha creado un nuevo fenómeno, el de las microcelebridades. Todos podemos hacer publicidad de nosotros mismos y hay quien lo persigue con ahínco. ¿Qué le parece esa nueva obsesión por el yo instigado por las nuevas tecnologías?
R. Siempre nos hemos preocupado de la mirada del otro, pero cuando te conviertes en una creación mediática -porque lo que construimos a través de nuestra persona pública es un personaje-, cada vez pensamos más como actores que interpretan un papel frente a una audiencia y encapsulamos emociones en pequeños mensajes. ¿Estamos perdiendo por ello riqueza emocional e intelectual? No lo sé. Me da miedo que poco a poco nos vayamos haciendo más y más uniformes y perdamos rasgos distintivos de nuestras personalidades.
P. ¿Hay alguna receta para salvarnos?
R. Mi interés como escritor es describir un fenómeno complejo, no hacer libros de autoayuda. En mi opinión, nos estamos dirigiendo hacia un ideal muy utilitario, donde lo importante es lo eficiente que uno es procesando información y donde deja de apreciarse el pensamiento contemplativo, abierto, que no necesariamente tiene un fin práctico y que, sin embargo, estimula la creatividad. La ciencia habla claro en ese sentido: la habilidad de concentrarse en una sola cosa es clave en la memoria a largo plazo, en el pensamiento crítico y conceptual, y en muchas formas de creatividad. Incluso las emociones y la empatía precisan de tiempo para ser procesadas. Si no invertimos ese tiempo, nos deshumanizamos cada vez más. Yo simplemente me limito a alertar sobre la dirección que estamos tomando y sobre lo que estamos sacrificando al sumergirnos en el mundo digital. Un primer paso para escapar es ser conscientes de ello. Como individuos, quizás aún estemos a tiempo, pero como sociedad creo que no hay marcha atrás.

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Decálogo de la Bibliotecaria


  1. Reconoceré que el universo de la cultura informacional está cambiando muy rapidamente y que las bibliotecas tienen que responder positivamente a esos cambios para reforzar los servicios que los usuarios necesitan y quieren.
  2. Me educaré sobre la cultura informacional de mis usuarios y buscaré formas de incorporar lo que aprendo a los servicios de la biblioteca.
  3. No seré paternalista en relación a mi biblioteca, sino que observaré claramente su situación y haré una evaluación honesta lo que puede ser mejorado.
  4. Seré un participante activo para mejorar mi biblioteca.
  5. Reconoceré que las bibliotecas evolucionan muy lentamente y trabajaré con mis colegas para fomentar nuestra sensibilidad a que ésto cambie.
  6. Seré valiente para enfrentarme a la propuesta de nuevos servicios y nuevos modos de mejorarlos, aunque algunos de mis colegas sean reacios.
  7. Mostraré ilusión por los cambios positivos y transmitiré ésto a mis colegas y usuarios.
  8. Dejaré de lado las prácticas de antaño si hay un modo mejor de hacerlas ahora incluso si éstas me parecen muy importantes.
  9. Tendré una actitud práctica y experimental con respecto a los cambios, estando dispuesto a cometer errores.
  10. No esperaré hasta que algo sea perfecto para lanzarlo al público, sino que lo mejoraré continuamente basandome en el feedback del usuario.
Claudia Gabriela Nájera

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Logro escolar

Nos van a disculpar pero hoy nos vamos a poner escatológicos. Es necesario y, para muchos, también divertido.
Tal vez no nos hemos detenido a pensar que una de las primeras frases que escuchamos en la vida, y una de las más frecuentemente repetidas, fue “No, bebé, eso es caca”. Caca era absolutamente todo aquello que no se podía tocar: un tomacorrientes, un chocolate caído al suelo, las llaves del auto de papá, un insecto sobre la pared, el fuego de la hornilla y, claro está, la caca misma. Por si fuera poco, cualquier intento por tocar esa extensísima porción del mundo que era caca, por acceder a ella para apropiarse de ella, era correspondido con un golpe sobre el dorso de la mano: “Ya te dije que eso no, es caca”.
Crecimos (y crecen nuestros niños) en un mundo de caca. “Este país es una mierda”, “la situación es una mierda”,  “estamos en manos de unos políticos de mierda”, “fulano de tal es un pedazo de mierda”, “este mundo se fue a la mierda”. Y los chiquitos, mientras los adultos decimos todo eso, nos están mirando y van percibiendo todo, especialmente eso que no queremos que hereden, copien o repitan porque están chicos y todavía no están preparados.
Los eufemismos, por su parte, también forman parte de la infancia propia y la de los nuestros. Ese pudor, no exento de gracia, que utilizan los adultos frente a los pequeños al referirse a ciertas partes del cuerpo o a sus productos corporales con nombres como: pupú, fundillito, culito, pipisito, cosita. Los niños lo saben, lo leen, lo intuyen. Hay algo allí, en todas esas cosas que se nombran por medio de diminutivos y desvíos del lenguaje, que les fascina y les causa risa. Y justamente allí adivinan la posibilidad de jugar sus primeros juegos de provocación. Es la primera rebeldía, pero también es la búsqueda de complicidad con el mundo de los mayores.  “Voy a jugar con eso que es caca, porque quiero ponerlos rojos, que tartamudeen y pestañeen rápido”.  Es también una manera de decir: “aunque ustedes no quieran yo también soy parte y dueño de este mundo de caca”.
Freud investigó ampliamente la manera en que los niños captan y se apoderan de los términos tabú. Esos procesos en los que “estoy entendiendo perfectamente eso que se supone que no debería saber ni entender”. No sólo, para hablar en términos freudianos, es una consecuencia de la etapa anal en la que el pequeño encuentra disfrute en controlar su esfínter antes de evacuar la tripa, sino también es consecuencia de ese acto mágico del apoderamiento del lenguaje que ocurre al imaginar al vecino como un cerdo, a la suegra de papá como una plasta de mierda (las abuelitas fecales darían para hacer un bestiario) o al señor que trabaja en la tienda como una bestia. Todo ello evoca imágenes que dan risa al tiempo que se saben prohibidas. Y por más que los adultos traten de enderezar las cargas más tarde con “eso no se dice”, “eso no lo puedes repetir”, “eso está malo”, en todas esas frases tabú el niño percibe un gusto, una pasión y una honestidad que atrae.
Los investigadores Sutton Smith y Abrams, en sus estudios de 1978, encontraron que los chistes escatológicos eran atractivos para todos los niños, pero los varones los utilizaban más que las mujeres de edades similares. Es bastante probable que, treinta años más tarde, esa estadística se haya igualado. Hombres y mujeres, grandes y chicos, practican cada vez con mayor soltura eso que los anglosajones denominan con el término Toilet Humor (Humor de baño) para referirse a los chistes llenos de excrementos, vómitos, supuraciones y fluidos corporales de toda índole.
Por su parte, G. Legman en su libro Rationale of the Dirty Joke: An Analysis of Sexual Humor, Volumen 1 (editado por Simon and Schuster Paperbacks, 1996) sostiene que muchos padres pretenden que sus niños crezcan y vivan en un bonito mundo artificial, punta roma y de colores pasteles. Sin embargo -y siendo honestos, porque todos hemos sido niños alguna vez- sabemos que la vida real de un niño no se corresponde con esa imagen. Hay en la infancia hostilidad, violencia, hay miedo, duda, angustia, frustración. De alguna manera, es cierto, el mundo siempre ha sido caca, y eso lo sabemos desde chiquitos. Es normal que el humor de los niños, como válvula de escape a ese camisón de fuerza edulcorado que les pretenden imponer, derive hacia dos territorios: los chistes escatológicos y los chistes sexuales (o más bien de lo que ellos intuyen o sospechan que es lo sexual, especialmente si está ligado a sus padres).  Esto complementado con el hecho  de: “El prejuicio más común entre los adultos es el que se relaciona con los temas “food-dirtyng”: mocos, caca y vómitos. Tan frecuentemente contados por los niños” (Legman, 1996: 280).
Lo escatológico, al parecer, acaba siendo un camino secreto, un atajo que se busca, descubre y transita desde la infancia para poder asomarse al mundo prohibido de los adultos.  Es el grito acompañado de carcajada que dice: “Hey estoy aquí y ya lo vi todo”. Y  aunque les digan boca sucia y mente sucia, o amenazas como te voy a lavar la boca con jabón por estar diciendo cochinadas, el niño buscará la manera de hacernos saber: A que sí la toco, les guste o no.

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